Juan Manuel Suárez Japón narra el momento en que decidió convertir el ruinoso y emblemático edificio en Centro de Arqueología Subacuática.
En 1990, un año antes, fue nombrado BIC

VIRGINIA LEÓN, CÁDIZ

Balneario de La Palma en Cádiz

Balneario de La Palma en Cádiz

 

El 12 de noviembre de 1991 el entonces consejero de Cultura, Juan Manuel Suárez Japón, anunció que el ruinoso edificio del Balneario de la Palma se convertiría en un «centro de investigación de arqueología submarina», vinculando patrimonio y arqueología en el emblemático espacio caletero. Se publicó en la primera página de este periódico (Diario de Cádiz) , en una noticia que no sentaría demasiado bien al alcalde de la ciudad en aquellos momentos, Carlos Díaz, que tenía otros planes muy distintos para el edificio: su derribo.De aquel ambicioso y complejo proceso guarda un bonito recuerdo Suárez Japón, que desde su casa sevillana narra los prolegómenos de una historia nunca contada hasta ahora, reconoce a este medio.

«Cuando llegué a la Consejería de Cultura tenía ante la mesa qué hacer con este edificio».

El Balneario entonces estaba en un pésimo estado, de modo que rehabilitarlo supondría una inversión millonaria, pero «tenía que protegerlo, era mi obligación», comenta desde la convicción de alguien que supo valorar la singularidad arquitectónica del Balneario mucho antes de caer en su total decadencia. «Justamente desde el año 1975 yo trabajaba en la Universidad de Cádiz, en el edificio de enfrente, e iba viendo cómo el Balneario de la Palma se iba deteriorando día tras día».

Se daba la circunstancia favorable de que recientemente este inmueble había sido declarado BIC (Bien de Interés Cultural) por el Estado justo un año antes.

«Hasta 1991 fue competencia del gobierno, nos regíamos por el Estado, pero desde que fue incoado el expediente teníamos que protegerlo, era mi deber».

Por tanto, todo esto ocurrió en un momento clave para el patrimonio gaditano y andaluz, pues lograron sacar adelante la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz justo ese mismo año. «Esa ley había sido debatida y estaba en fase de legalidad, e incluso cuando cambió la legislatura la recuperamos para atender a nuestro compromiso».

Por tanto «había que cumplir la Ley y proteger este espacio que, además, había sido adquirido por la Junta de Andalucía por el derecho de tanteo». Es decir, como su propietario -una empresa privada- no pudo hacerle frente, se lo compró.

Pero el uso definitivo vendría con la sugerencia que le hizo José María Luzón, que tras obtener la cátedra de Arqueología en la UCA, fue nombrado Director General de Bellas Artes del gobierno, y posteriormente director del Museo del Prado. «Trabajábamos mucho juntos y me informó de que el único centro de arqueología subacuática que había en España era el de Cartagena y que su nivel de trabajo era deficiente». Le sugirió la posibilidad de hacerlo en Cádiz, un punto estratégico por la riqueza subacuática de su litoral. Fue cuando pensó en el Balneario, que consideró como «el lugar perfecto» , tras lo que puso a trabajar a su equipo técnico, «en su rehabilitación de cara a su conversión en Centro de Arqueología Subacuático». Aquello no sentó muy bien al alcalde y también amigo de Suárez Japón, Carlos Díaz, que tenía unos planes bien distintos para el centro, derruirlo y ceder todo el espacio que ocupaba a la Caleta. Pero asegura que «ambos nos entendimos, él sabía que yo tenía que defender el patrimonio y yo entendía que su propuesta formaba parte de su modelo de ciudad».

Ahora reconoce que cuando pasea a bordo del bus urbano número 7, «que todavía cojo cuando voy a Cádiz, algo se me mueve dentro, una sensación entre alegría y nostalgia». Esto y el innegable orgullo de pujar por un edificio que hoy forma parte del skyline turístico de uno de los rincones más buscados, la Caleta y su entorno.

El único edificio que se salvó del singular entorno

Aquella acción que la Junta de Andalucía llevó a cabo para mantener el Balneario de la Palma hace 25 años salvó uno de los pocos edificios del frente de la Caleta que sigue dignamente de pie. Con el edificio de Varcárcel y el Castillo de San Sebastián, también BIC, no se han tenido contemplaciones, como tampoco con el edificio del Náutico y el Olivillo, inscritos en el Catálogo de Patrimonio Histórico Andaluz. De poco les ha valido la exaltación de sus valores, ni siquiera en los buenos tiempos, justo antes de la crisis. Con el Balenario, la Junta ejerció el derecho de tanteo. Ahora, la falta de capital y de celeridad, los están dejando prácticamente morir.

Fuente: 13 Noviembre, 2016 http://www.diariodecadiz.es/ocio/cuarto-Balneario-Palma-abrazo-arqueologia_0_1081092257.html